Requiem
"Lento como un tiempo de amor que se cierra" Silvio Rodríguez
Con frecuencia resulta complicado asumir nuestras propias decisiones, aún cuando estas provengan de ejercicios concientes y racionales.... eso es lo que me pasa justo ahora. Llevo un mes pensando con absoluta claridad sobre todo esto, con el transcurso del tiempo tus acciones no han hecho más que darme la razón, y sin embargo me cuesta mucho trabajo ejecutar mi decisión y ser consecuente con ella.
Bien, muchas veces te he dicho que para todo hay una razón, y la razón de este escrito no es otra que lograr conciliar mis pensamientos con mis obras, pretendo además, una vez logre soltar todo lo que tengo adentro, pasar la hoja y superar por fin este mal momento.
El asunto es mucho más simple de lo que te imaginas, es tan elemental como que a partir de lo que ha ocurrido en el último mes, he llegado a una conclusión evidente y es que cada vez te estás alejando más de mi, no tengo muy claro si esto obedece a un acto conciente de tu parte o por el contrario es algo que ha estado pasando sin que lo notes, sin embargo eso no es importante, lo que importa es que es evidente que te alejas... inicialmente pretendí asumir una posición bastante liberal, y dejar simplemente que tomaras tu distancia y buscaras tus espacios, sabes que no tengo problemas con eso. Llegué al punto de pensar en que es suficiente con que compartas conmigo lo que tu quieras y cuando realmente lo quieras... pero ultimamente he estado replanteando mi posición.
Verás, como sabes no soy una persona dependiente y definitivamente no temo a mi soledad, de hecho te he dicho muchas veces que pienso quedarme soltera... pero eso de ninguna manera quiere decir que este dispuesta a soportar pasivamente la indiferencia de cualquier sujeto que pretenda ser mi pareja, y este es el caso, y decididamente no puedo soportarlo más. Creo firmemente que es mejor estar solo que mal acompañado, y lo que ultimamente me ofreces se parece mucho a un mal acompañamiento, por tanto te anuncio que decidí renunciar irrevocablemente a partir de este preciso momento.
Finalmente quiero decirte que agradezco todos los momentos que con devoción me dedicaste y el montón de cosas bonitas que pude vivir a tu lado, los viajes, los paseos, las cervezas, las charlas, las risas, las reflexiones profundas, los cuestionamientos altruistas, los guaros que de muy buena gana me patrocinaste, tu tiempo, tu casa, tu hospitalidad y tu paciencia.
Etiquetas: carta abierta
2 Comentarios:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
No sabes cuántas veces he vivido eso... jeje pensándolo bien creo que como tres, y solo tengo 24 años. Pero es tenaz. No se soporta. Cuando un hombre fue dedicado es cuando más pega su lejanía y frialdad. Estamos en lo mismo. Adelante hermana. Desde Venezuela como dice el lobito gustavo: suerte y pulso
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