Alice in Wonderland

Un blog sobre lo maravilloso que me ocurre en la vida.

viernes, julio 18, 2008

Inseguridad Social

Hace ya muchos años que soy usuaria de la medicina prepagada, practicamente desde que soy madre y precisamente por Carol decidimos afiliarnos a este "exclusivo" sistema, de forma tal que nunca he hecho uso de los servicios de consulta externa del POS en esta ciudad. Tengo mi contrato de salud obligatoria y el de medicina prepagada en la misma entidad, de tal suerte que siempre me atienden a través de la prepagada y cuando el costo puede trasladarse a la EPS, ese trámite lo realiza la entidad internamente y nunca he tenido problemas con eso, es más vagamente recuerdo como funcionaba lo de la atención cuando no tenía medicina prepagada.

Ayer fui a acompañar a una de mis tantas primas a un exámen médico, en una IPS de la misma entidad a la que me encuentro afiliada, me sorprendió notar que cuando tu carné no es dorado este lugar se convierte en una real pesadilla, no sé si alguna vez han visto una parodia que sobre este tema presentan en Sábados Felices, pero es igual, de verdad!!!!.

Primero la orden que tenía mi prima para la cita con el especialista decía claramente: "preséntese 15 minutos antes de la cita", eso hicimos, es más llegamos exactamente 32 minutos antes de la hora acordada, pasados 45 minutos aún no nos habían atendido, así que me acerque a una de las personas que trabaja allí, a quién obviamente conozco y me conoce y le comenté nuestro inconveniente, ella se ofreció amablemente a colaborarme, me preguntó con qué médico esperaba la cita, a qué hora era... en fin, apenas se enteró que la cita no era para mi sino para mi prima, con mirada irónica me dijo, "que pena Doctora pero ahí si no le puedo ayudar". Tienen huevo!!! de cuando acá hay enfermos de primera y segunda categoría?, cómo puede variar tanto la atención de un paciente a otro, en el mismo sitio y con los mismos operadores?, no debería la seguridad democrática empezar por la garantía de una seguridad social realmente accesible?. (Le planteé estas inquietudes a la persona que me atendió y creo que nunca más me volverá a atender amablemente, por mucho que tenga el carné dorado)

Estoy realmente indignada con este sistema de seguridad social que nos cobija, primero el asunto patético de la PILA (Planilla Integrada de Liquidación de Aportes) que es lo más excluyente que he visto que haya hecho gobierno alguno, da lástima ver las interminables colas de la gente que quiere pagar su seguridad social cumplidamente, básicamente porque necesita urgentemente acceder al servicio, pero no tiene la capacidad física o la habilidad cognitiva o simplemente carece de los elementos logísticos para pagar en el nuevo sistema, que solamente a un genio como el ministro Palacio podría ocurrirsele imponer en forma obligatoria, en un país dónde la inmensa mayoría de la población carece de Internet y de una línea telefónica.

Ahora bien el problema del Internet es parcialmente superable, aquí por lo menos ya hay personas que se ofrecen a tramitarle a usted la PILA vía Internet, por supuesto cobrando por ese servicio (haciendo de paso más gravosa la situación de los usuarios), pero para pagar vía Internet el sistema le exige tener una cuenta bancaria de dónde debitar el costo, requisito que mucha gente no cumple, y en caso de cumplirlo, resulta que la mayoría de los bancos cuentan con mecanismos adicionales de seguridad para transacciones on line, y esta gente que no tiene Internet, que jamás ha hecho uso de estos servicios pues sencillamente no tiene como realizar una transacción por esta vía.

Lo de la tal planilla asistida por vía telefónica, es una payasada enorme, tendrán por mucho unas 30 operadoras atendiendo a por lo menos 7 millones de personas que requieren este servicio, y aunque tengan 1000 resultan a todas luces insuficientes, esa llamadita tarda días enteros en hacerse efectiva, las líneas permanecen congestionadas casi todo el tiempo y cuando por fin uno logra comunicarse el trámite tarda media hora!!!. Media hora!!!, esta gente jura que la gente no tiene nada más que hacer.

En fin, cada día me convenzo más de que en este país morirse de muerte natural es un lujo que pocos pueden darse (entre estos tirofijo, qué ironía), este estado de la seguridad democrática lo único que se nos garantiza es una muerte violenta o un último paseo: el paseo de la muerte.

P.D. Estos tres meses de prolongado silencio, se han debido a un montón de cosas que me pasaron de las que espero hablar en los próximos días, regresé, espero que para quedarme. Los he extrañado mucho, gracias por pasar a visitar.

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