Mi (Ex) Asistente

Mi trabajo como consultora y en general como abogada consiste en solucionar problemas ajenos, aquí llega un cliente con un problema y yo debo ofrecerle soluciones, básicamente en eso se resume mi práctica profesional, aún en el trabajo que tenía antes, tenía que dar soluciones a los problemas cotidianos de la empresa, sobre todo de la oficina que estaba bajo mi dirección. Es una labor bonita y agradable, de tal suerte que ya me acostumbré a pensar los problemas en términos de soluciones, hoy puedo decir con orgullo que cuando una persona (no necesariamente un cliente) me está contando una historia yo ya estoy maquinando las soluciones posibles.

Para ponerles un ejemplo, hace un año quise presentarme a una convocatoria de un cargo público, de una entidad del orden nacional, después de que pasé la prueba clasificatoria, me exigieron presentar una carpeta con unos documentos, la mayoría de estos tenían que gestionarse en Bogotá, así que llamé a un amigo y le pedí el favor de que me colaborara recogiéndo los documentos que yo había pedido que me expidieran anteriormente y los presentara en la entidad en Bogotá, igual no podían presentarse aquí en Armenia.
El día límite de entrega me llamó este sujeto a las 12m y me dijo: "llegué tarde, hay una fila larguísima, no pude entregar los documentos y tengo que irme porque tengo que trabajar por la tarde". Mi respuesta inmediata fue: hazme un último favor, envíame esos documentos aeropuerto - aeropuerto para yo recogerlos aquí a las 3 pm. e irme a Pereira, que está a solo 40 minutos de aquí y entregarlos personalmente en la entidad allá. Mi amigo se rió y me dijo que esperaba que me pusiera furiosa y le reclamara el no haber hecho el favor adecuadamente y que eso era lo que más le gustaba de mi: que a todo le hallaba la solución. Finalmente ni me los envió ni nada, la verdad era que ya los había presentado y solo me estaba tomando el pelo. Simpático mi amigo, como podrán ver.

A raíz del rápido crecimiento de mi pequeño negocito, hace un par de meses me vi en la necesidad de contratar una asistente para que me ayudara con las vueltas y algunas cositas, una amiga de mi madre por esa época nos recomendó una nietecita suya que tiene 23 años y está recién egresada de la universidad, igual que yo es abogada, yo le advertí que inicialmente no podría pagarle mucho, y estuvieron de acuerdo, bajo la premisa de que lo importante es aprender, y fue así como terminó trabajando conmigo, se llama Cristina, y es una niña muy dulce y aprende rápido, ha sido agradable trabajar con ella.

Recientemente he dejado que atienda consultas de algunos de mis clientes, y he puesto a su consideración algunos asuntos en gracia de discusión, es parte del proceso de aprendizaje, me interesa explorar su punto de vista y evaluar algunas cosas, como su expresión técnica, su capacidad de síntesis, la convicción, la seguridad con la que aborda los temas etc. y para mi sorpresa el experimento ha resultado desastroso, esta niña es la Doctora No, para ella nada se puede, todo es gravísimo, no ha propuesto una sola solución a los asuntos que ha analizado, encuentra mil problemas para todo. Es del tipo de abogado que regaña a los clientes por no haber acudido oportunamente, y ese definitivamente no es mi estilo.

Yo creo que ese es un inconveniente difícil de superar, en un principio pensé que sería interesante en la medida en que ella se me pone en el plan de abogado del diablo y termina haciéndome ver todas las posibles teorías de la contraparte, lo que me sirve un montón porque puedo considerar las cosas desde una perspectiva más amplia, pero han pasado los días y definitivamente creo que no puedo trabajar en equipo con una persona así, siento que las conversaciones se tornan demasiado competitivas y agresivas y esto ya está pasando de castaño a oscuro, así que hoy le dije que no volviera, que agradecía enormemente su colaboración y que esperaba que su vida profesional fuera muy exitosa pero lejos de mi.

Así que, aquí estoy de nuevo buscando asistente....