Alias "Pollo"
Una de mis tantas taras en cuanto a las relaciones sociales son los apodos, me siento increíblemente incómoda llamando a una persona con un apodo, máxime cuando esa persona no goza de mi afecto y confianza, en principio esa es una actitud bastante sana, es apenas de sano juicio optar por no apelar a los apodos de las personas desconocidas, pero la cosa se complica cuando te encuentras con un sujeto (como hay muchos) que adora su sobrenombre, hasta tal punto que lo usa para presentarse indistintamente, algo así como "mucho gusto: El Negro". Encontrarme con este tipo de personas es siempre un dolor de cabeza para mi, inicialmente pregunto por su nombre de pila, pero a veces la respuesta es "llámame Negro", así que termino optando por abstenerme de llamar al tipo en manera alguna y me evito la incomodidad.
La última persona que conocí ultra identificado con su apodo, fue Pollo. Pollo es un arquitecto que goza de cierto prestigio en la región,y a quién toda Armenia conoce como Pollo, él tiene una pasión desmedida por la cocina, cocina delicioso y hace algún tiempo decidió abrir un espacio en su propia casa, para cocinarle a sus amigos, comida por la que cobra hasta caro, pero vale la pena. Dadas las circunstancias, el sitio es super exclusivo, no se trata de un establecimiento público ni mucho menos, allí solo pueden ir a comer personas conocidas por Pollo, y solamente hay 5 mesas, y tiene la cocina abierta en la mitad del salón de tal suerte que prepara tu comida mientras vas hechando chisme.
Pues bien, tengo (o tenía??) la fortuna de contarme entre la exclusivísima clientela de pollo, su servicio solamente está disponible de jueves a sábado, y muchos nos morímos por ir a disfrutar de su exquisita comida, así que ayer me fui para allá a comer, y pollo mientras me preparaba la comida empezó a contarme una historia acerca de algún inconveniente de mediana gravedad que viene presentando su hijo de 14 años en el colegio, a la espera de que le emitiera mi concepto profesional al respecto, cosa que efectivamente hice, pero además de eso, y como su caso se relacionaba directamente con la arbitrariedad desmedida de un docente, terminé contándole la experiencia que llevó a mi hermano a ser sancionado con expulsión temporal de la universidad durante el semestre pasado, circunstancia esta que atribuí a la intransigencia y autoritarismo de un profesor cuyo nombre prudentemente me reservé y contra quien durante la historia dirigí cualquier cantidad de improperios. Aquí creo que cabe decirles que el nombre de dicho profesor es Ernesto Morales, persona de quien sólo conozco el nombre por referencia verbal de mi hermano, pero nunca he tenido la oportunidad de ver.
Noté como a medida que avanzaba con mi relato la actitud de mi interlocutor (Pollo), se iba tornando cada vez menos simpática y más cerrada, sin embargo concluí mi historia, comí, pagué la cuenta y al despedirme, Pollo me tomó la mano y me dijo: "Mucho gusto, Ernesto Morales"... yo me quedé absolutamente muda y no me atreví ni siquiera a disculparme, entre otras cosas por que sigo pensando que actuó con mi hermano de forma injusta, pero si hubiera sabido antes que se trataba de él, seguramente le hubiera planteado la discusión, sosteniendo mi punto de vista, pero de una forma diferente... en fin, ya no hay mucho que hacer, creo que tendré que tomar el sabio consejo de mi abuela: Hay que cogerle dobladillo a la lengua!!!!.
2 Comentarios:
¡¡¡¡Upsss!!!! Qué fea experiencia, a un amigo le han pasado varios de esos episodios estilo "El Chavo". Pero son cosas de no creer o de estar en el lugar equivocado, yo por eso cuando voy a comer es a comer :D.
oops. Hubiera sido el momento para seguir la conversación ya con las cartas destapadas ... (pero uno tiene un segundo para tener el valor de hacerlo, y dudo que muchos lo hicieran) pero si el tipo no se defendió en su momento, debe ser porque lo que dijiste de él no debe ser invento de tu hermano.
¡Small world! :D
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